Barbatos FX: «Es tan importante que vengan a rodar a Granada, como que se produzca desde dentro y con profesionales afincados aquí»

Texto: Julio Grosso Mesa (Film in Granada)

Víctor Alcalá (Granada, 1986) y Eduardo Pérez (Chipiona, Cádiz, 1986) se conocieron en su época de estudiantes universitarios en la Facultad de Bellas Artes de Granada, donde no solo compartieron aulas, sino también la misma pasión por la escultura y la estética del terror. Una vez licenciados por la UGR, comenzaron a hacer trabajos escenograficos para el teatro, Víctor desde Granada y Eduardo desde Bilbao, y poco a poco, vieron las posibilidades de la escultura orientada hacia el espectáculo, el cine y el audiovisual.

En 2012 fundaron en un pequeño local de Granada su empresa Barbatos FX, el primer taller de Andalucía especializado en Efectos Especiales de Maquillaje. Después de algunas primeras experiencias muy duras y de una década de perseverancia, su empresa ha ido creciendo al mismo ritmo del audiovisual andaluz. Sus maquillajes especiales y réplicas han aparecido en series como «Malaka», «Señoras del Hampa» o «Warrior Num» y en películas como «El inconveniente» y «Hombre muerto no sabe vivir».

Por esta última producción dirigida por Ezekiel Montes, acaban de recibir junto a Juan Ventura el primer Premio Carmen a los Mejores Efectos Especiales de la Academia de Cine de Andalucía, que fue entregado el pasado 30 de enero en el Teatro Cervantes de Málaga y donde eran los únicos nominados de la provincia de Granada. Y finalmente, fueron los únicos premiados granadinos.

Víctor Alcalá alza el premio Carmen el pasado 30 de enero en el Teatro Cervantes de Málaga. Foto: IDEAL

Os conocisteis estudiando en la Facultad de Bellas Artes y a los dos os gustaba la escultura. Una vez licenciados, ¿cómo entráis en contacto con el mundo de los Efectos Especiales?

Siempre nos encantó el mundo técnico de la escultura, los materiales y los procesos, además de la estética relacionada con el terror. Veíamos que la unión era clara en el trabajo de Efectos Especiales de Maquillaje, pero en aquel momento aún era una profesión un poco cerrada y muy específica en España. Los dos empezamos a hacer trabajos de escenografía para teatro, Víctor desde Granada y Edu desde Bilbao, y empezamos a ver las posibilidades de la escultura orientada hacia el espectáculo o el audiovisual. Edu pudo trabajar como aprendiz en uno de los talleres de Efectos Especiales más importantes que había en aquellos años, Quimera FX en Bilbao, y desde ahí poder entrar en contacto con los procesos y los materiales de trabajo de esta profesión.

Después de varios años trabajando como freelance, en 2012 decidís crear “Barbatos FX” ante la falta de profesionales en Andalucía. ¿Por qué montáis vuestro taller en Granada?

Decidimos montar el taller en Andalucía porque no había ningún estudio especializado en nuestro sector en toda la comunidad. En ese momento el cine en Andalucía empezaba a entrar en un auge importante, y pensamos que si ofrecíamos este servicio desde dentro las productoras a largo plazo optarían por nuestro trabajo antes que traer a otros técnicos ajenos a la comunidad. La decisión de montarlo en Granada es porque teníamos muchos vínculos con la ciudad, tanto familiares como de amistad, Víctor es de Granada. También en Granada teníamos una mayor facilidad para poder contar con un espacio de trabajo cómodo y amplio, actualmente seguimos trabajando en el mismo taller en el que empezamos.

Habéis trabajado para todo tipo de proyectos escénicos y audiovisuales, para compañías teatrales e incluso para la chirigota de El Selu en el Carnaval de Cádiz. ¿Cómo fueron esas primeras experiencias?

Sinceramente tuvimos algunas primeras experiencias muy duras, pero también muy enriquecedoras personalmente, no solo a nivel técnico de nuestro trabajo, si no también a nivel profesional e incluso “empresarial”. Nosotros venimos del mundo del arte y la artesanía, y por entonces no teníamos ningún tipo de idea de gestión, clientes, contratos…ni de nada de lo que conlleva toda la parte de administración de unos servicios profesionales y de un negocio. Nuestro primer contacto con el trabajo para teatro nos enseñó muchísimo de hacia dónde queríamos ir con nuestra idea y de qué modo hacerlo profesionalmente.

Durante los últimos años os habéis especializado en Efectos Especiales para cine y TV. ¿Ha sido fruto del azar, la demanda del mercado o un objetivo perseguido?

Sin duda ha sido un objetivo perseguido. Desde el primer momento era a dónde queríamos llegar, pero no era un camino fácil. El trabajo en cine es a veces bastante hermético, y nosotros no hemos tenido ningún contacto cercano que pudiera abrirnos ningún tipo de puertas. A base de mucho trabajo y mucho esfuerzo fuimos consiguiendo poco a poco entrar en ciertas producciones cinematográficas, y de ahí, poco a poco llegaron otras. Hemos tenido la suerte de que en estos últimos diez años el trabajo audiovisual en general ha ido creciendo muchísimo, y la demanda del mercado también ha sido un factor importante. Hoy en día las plataformas han hecho que la cantidad de rodajes se multipliquen, y por lo tanto el trabajo de todos los departamentos también.

¿Qué tipo de trabajos entran en la categoría de Efectos Especiales y cuales son vuestros referentes?

Los Efectos Especiales se pueden dividir en tres grandes bloques: Los VFX (efectos digitales, postproducción), los efectos físicos (lluvia, fuego, armería, etc.) y los efectos especiales de maquillaje, que son a los que nos dedicamos nosotros. El nombre de efectos especiales de maquillaje viene del mundo anglosajón (Special Makeup Effects) y allí engloba trabajos no solo relacionados con el maquillaje, si no también con la recreación de réplicas humanas y animales, la construcción de props o atrezzo especial, o la fabricación de trajes de criaturas y animatrónica. En términos muy generales un estudio de Efectos Especiales de Maquillaje como el nuestro se dedica al diseño y la elaboración de prótesis y de réplicas hiperrealistas. Nuestros referentes fueron la generación anterior a la nuestra que fue quién creó de alguna manera esta profesión dentro de nuestro país. Fue una generación que empezaron a trabajar muy jóvenes en producciones de cine a finales de los 90 y fue la primera vez que se empezó a hacer un trabajo profesional con los procesos y los materiales protésicos más “actuales” en nuestro país.

¿Qué os diferencia y qué os une con los compañeros de VFX?

Como comentábamos los VFX son los efectos generados digitalmente. Cada producción es un mundo, y en ciertos efectos la relación entre lo digital y lo físico es plenamente fundamental. En otros muchos casos no existe esa relación tan estrecha, depende del proyecto. Hoy en día es innegable que estamos acostumbrados a un nivel técnico altísimo en el audiovisual, y las grabaciones tienen un grado de detalle y nitidez en la imagen nunca visto. Por esta razón actualmente debemos apoyarnos tanto los dos departamentos; lo digital sin una base física tiene sus carencias, de la misma forma que lo físico sin una buena postproducción. Pero como decimos depende del proyecto y la producción, existen muchos factores en este tema, es muy complicado generalizar sin estudiar un ejemplo concreto.

¿Cómo es el proceso de trabajo en una película o serie de TV, desde el taller al set?

De nuevo depende del proyecto, hay procesos muy distintos. Cuando los efectos especiales son un aspecto importante para el desarrollo de la película o la serie, empezamos trabajando con la productora desde la preproducción del proyecto. En un primer momento está la lectura de guión, y desde ahí se desglosa el trabajo de cada departamento. A partir de entonces diseñamos las diferentes maneras de realizar los efectos, se negocian los presupuestos y se define las necesidades del rodaje. Después el trabajo de taller normalmente es el que requiere más tiempo, en el taller se fabrican todas las piezas necesarias para el rodaje de los efectos. Desde el modelado, los moldes, las reproducciones, la pintura, el trabajo de pelo, los acabados…en el taller es donde se elabora todo. Ya después la finalidad obviamente es el rodaje, en el set se dispone todo para el rodaje de los efectos especiales, ya sea aplicando prótesis a los actores o colocando props o réplicas en la escena.

¿Qué comunicación existe con el director? ¿Con cuáles os gustaría trabajar?

Con el director la comunicación es fundamental desde el inicio del proyecto. El director es quién debe tener la última palabra sobre la visión estética de la película, por lo tanto debe recibir constantemente la información del desarrollo de los procesos, y es también quién aprobará el trabajo en las pruebas previas al rodaje. La preproducción de un proyecto es igual de importante que el rodaje del mismo, desde ahí debe de existir una relación estrecha de sintonía entre el director y el resto de departamentos. Nos gusta trabajar con cualquier director que valore el trabajo de efectos especiales prácticos, y que en su visión cinematográfica tengan un papel importante, hoy en día existen muchos directores que priorizan los efectos físicos y de maquillaje en rodaje frente a que todo se construya en postproducción. Hemos tenido la suerte de poder trabajar con muchos de ellos.

Vuestros maquillajes y réplicas aparecen en series como Malaka, Señoras del Hampa o Warrior Num y en películas como El inconveniente y Hombre muerto no sabe vivir. ¿De cuál de vuestros trabajos estáis más satisfechos?

Estos trabajos son todos anteriores a 2020. Este año pasado (2021) hemos tenido la fortuna de poder realizar los efectos especiales de maquillaje en varios proyectos dónde los efectos tienen un gran peso, y han requerido de mucho trabajo por nuestra parte. Hemos tenido a equipos grandes de técnicos de fx trabajando para estos proyectos, y el resultado seguro que no defraudará. Pero estas películas y series aún no están estrenadas, así que nos centraremos en algunas de las que nos preguntas. Todos esos proyectos fueron muy importantes y bonitos desde diferentes puntos de vista. Seguramente si nos tuviéramos que quedar con la satisfacción de uno sería con ‘Warrior Nun’, ya que fue una serie de producción internacional en la que realizamos muchos efectos para muchos capítulos. Todo el equipo que trabajó en la serie eran unos enormes profesionales, referentes en cada uno de sus departamentos. En esa serie aprendimos mucho sobre el oficio propio y ajeno, y sobre el cine y el trabajo para audiovisual a gran escala en general.

Eduardo Pérez y Víctor Alcalá posan con Juan Ventura (centro) tras recibir el Premio Carmen en Málaga. Foto: Curro Medina / Academia de Cine de Andalucía

La ópera prima de Ezekiel Montes os ha traído ahora el primer gran reconocimiento de vuestra carrera. ¿Qué supone obtener el primer Premio Carmen del cine andaluz?

A nosotros nos ha hecho muchísima ilusión recibir este premio. Los Premios Carmen nacen de la Academia de Cine de Andalucía, una asociación que se ha creado para la unión y el desarrollo de los profesionales en nuestra comunidad, y que estamos seguro que va a aportar una gran fuerza al cine andaluz. Para nosotros ha sido un orgullo y un honor que los académicos hayan votado mayoritariamente nuestro trabajo para ‘Hombre muerto no sabe vivir’, una película que fue muy complicada y dónde los efectos especiales son muy explícitos en lo que a violencia se refiere, algo que no suele suceder en producciones cercanas.

En 2012 vuestra empresa fue pionera en Andalucía, ¿cómo ha evolucionado el sector audiovisual andaluz en esta última década?

Desde nuestro punto de vista ha evolucionado muchísimo. Por lo menos desde nuestra visión personal. El trabajo técnico audiovisual en general ha progresado mucho, hay muchísima más demanda de técnicos especializados en cada departamento que antes, eso es innegable. En el caso andaluz en la última década se han creado productoras jóvenes que han llegado a ser referentes nacionales. Y todavía tenemos muchos ejemplos de gente joven que quiere producir cine andaluz. Este hecho hace que el trabajo en cine especializado dentro de Andalucía cada vez sea más demandado, y muchos técnicos andaluces que trabajaban en otras comunidades estén volviendo más asiduamente a trabajar desde aquí. Nuestro caso es muy similar, y en los últimos años tenemos la suerte de poder decir que cada vez trabajamos más desde y para Andalucía.

Por último, ¿qué necesita Granada para poder posicionarse en el audiovisual andaluz, y español, al nivel de Sevilla o Málaga?

Granada ofrece muchas cosas únicas. La provincia tiene unas localizaciones increíbles, desde desiertos hasta alta montaña, tenemos mucho sol, mucha luz y grandes profesionales del audiovisual. Es muy importante que vengan a rodar a Granada producciones de fuera, esto claramente hace que la ciudad y la provincia crezca en términos cinematográficos. Que se entienda que el cine es un negocio en auge y que puede aportar muchas cosas a Granada, institucionalmente y también al día a día de los ciudadanos. Pero igual de importante es que vengan producciones de fuera como que se produzca desde Granada, muchas veces las producciones ajenas traen la mayoría del equipo técnico de fuera, por lo que finalmente la ciudad se queda solo como una localización. Por eso es importante que se produzca desde dentro de Granada y con profesionales afincados aquí. Es un camino largo hacer que Granada se posicione como otras ciudades, pero cada vez los profesionales estamos más unidos para conseguirlo, y también hay un mayor apoyo y crecimiento gracias a iniciativas tan importantes como la vuestra de Film in Granada.