Texto: Julio Grosso Mesa Foto: Lucía Rivas/ PAG
Amr Waked (El Cairo, 1973) es un actor internacional que trabaja habitualmente en grandes producciones de Hollywood, como Syriana (2005), Salmon fishing in the Yemen (2011) o Lucy (2014), junto a estrellas de la talla de Scarlet Johansson, George Clooney, Matt Damon, Emily Blunt o Ewan McGregor. La oportunidad de hacer un papel diferente, “menos comercial y más espiritual”, sus profundas creencias sufís y también algo de azar, lo han traído hasta Granada durante un mes y medio para meterse en la piel del poeta, visir y político granadino Ibn al-Jatib, protagonista del largometraje documental “Los constructores de La Alhambra” de Isabel Fernández.
Waked es un actor solvente, con el que es “muy fácil trabajar” según el equipo de dirección. Pero, además, es un activista político en Twitter, donde cuenta con 7.2 millones de seguidores, y, sobre todo, una persona amable, educada y muy cercana, que acepta fácilmente una conversación con un desconocido y concede a FIG una breve entrevista sentado en un banco de La Alhambra mientras se fuma un cigarrillo.
¿Cómo entró en contacto con este proyecto documental?
Isabel Fernández (directora y productora del documental) me llamó en 2018 porque quería un actor árabe que viviera en España y yo me había mudado a Barcelona poco tiempo antes, pero no sé muy bien porque me eligió a mí. Luego, ha pasado mucho tiempo, casi tres años.
¿Qué le ha supuesto haber interpretado al personaje protagonista?
Estoy feliz de esta oportunidad porque como actor, y como artista, no he tenido oportunidades de este tipo en mis 30 años de carrera. Es muy raro y muy especial hacer algo como esto. Interpretar a al-Jatib ha supuesto una experiencia personal muy profunda, mística, que me ha tocado profundamente y ha cambiado mi percepción del mundo, de la vida y de nuestra historia como árabes, y como humanos.
¿Cómo se ha preparado el papel?
Cada papel tiene su camino, su preparación, y el camino de este papel estaba en el sonido, en los poemas sufís que yo he escuchado cada noche, cada día, incluso en el rodaje con mis auriculares y me han hecho aislarme del ambiente del rodaje y me he quedado a solas con el espíritu y el alma del sufismo, de los poemas del amor de Dios y del amor del Profeta, que te aconsejan prescindir en la vida de todo lo material. Ha sido una experiencia espiritual muy profunda y no pienso que vaya encontrar otra oportunidad como esta en los próximos diez o quince años.
Su motivación ha estado entonces muy alejada de sus proyectos comerciales…
Sí, he hecho muchos tipos de películas y algunas veces quieres hacer algo más espiritual, pero no funciona y no tiene éxito, pero en este documental ha funcionado bien y para el mundo árabe también. Es muy importante contar este tipo de historias de protagonistas árabes, no de personajes del extremismo y del terrorismo de los que habla la prensa o vemos en la tele. Soy egipcio y he vivido en Egipto durante cuarenta años y no he visto nunca, ni he hablado nunca en mi vida con un terrorista. ¿Por qué ponemos siempre el foco sobre el árabe malo, que es una minoría? Y cuando hablé con Isabel la primera vez, supe que esta era una historia de verdad y de integración.
Después de trabajar el papel de Ibn al-Jatib, ¿qué opina de este personaje histórico?
Era una persona muy inteligente y extremadamente política, y por eso lo mataron, porque tenía como visir más poder que el sultán y Muhamad V no quería tener a alguien con más poder y sabiduría que él. Es un ejemplo de los sabios de la época, de los médicos, de los astrónomos, de los poetas…
¿Qué impresión se lleva de Granada después de vivir aquí durante más de 6 semanas?
Volveré. No será la última vez que venga a Granada. Me ha sorprendido mucho la gente, que tiene una felicidad continua. Y junto a Sevilla y Almería, son las únicas ciudades donde he encontrado a gente que quiere demostrar su pasado árabe, su sangre y su sabiduría árabe. Granada es una ciudad europea sin racismo y por eso estoy buscando una casa aquí. Inshallah (Sí Dios quiere).